sábado, 19 de febrero de 2011

La cantante que no existe

Hatsune Miku tiene 16 años, pesa 42 kilos, lleva el pelo de un color entre verde y azul, se peina con dos larguísimas coletas y es una cantante muy popular en Japón, donde congrega a miles de fans en sus conciertos. La edad, la talla y el peso aparecen en su información promocional, pero, en realidad, Hatsune Miku no existe y todos sus seguidores lo saben. O, al menos, no existe como ser humano: en los conciertos es un holograma, una imagen tridimensional que hace lo mismo que las estrellas del pop, pero sin fallos de voz, ni días malos, ni tropezones catastróficos, ni ningún otro de los defectos y miserias que conllevan la carne y el hueso.
Verla en el escenario resulta raro, como si un dibujo animado se hubiese emancipado de la pantalla y hubiese adquirido una engañosa corporeidad, pero lo rarísimo de verdad, lo que pasma al recién llegado a este mundillo, es lo que el holograma tiene delante: esos miles de japoneses que contemplan a su ídolo con devoción, corean sus canciones y sacuden varitas luminosas al ritmo de la música. Los aficionados al rock dirían que esto no es nada nuevo, que el grupo británico Gorillaz lleva años dejando que unos bonitos hologramas den la cara en sus conciertos. Pero no es lo mismo: detrás de los personajes de Gorillaz hay unos intérpretes, mientras que las canciones de Hatsune Miku no las canta… humm… nadie. La coqueta estrella japonesa, cuyo nombre significa algo así como “el primer sonido del futuro” es producto de Vocaloid, un software de ordenador creado por Yamaha “canta” las partituras y la letra que se le introducen. Un usuario que tenga el programa puede hacerle entonar cualquier cosa: desde aires tradicionales finlandeses –uno de sus grandes éxitos Ievan Polkka, que vienen de ese país- hasta sus propias composiciones. Los desarrolladores del estudio Crypton Future Media, padres de Miku, utilizaron como voz original de una actriz de doblaje, Saki Fujita , y han completado el software con diversos efectos que se pueden aplicar para dar matices a las frases y, en fin, humanizar el estilo. Hatsune Miku no es el único avatar de Vocaloid, sino solo el más exitoso de una larga nómina en la que aparecen los idénticos Rin y Len Kagamine.

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